Me habéis despojado con avidez de mis ropas y...la almenara de esta torre que es mi cuerpo vos habéis encendido.
Frente a vos y mi desnudez, se desaviene mi defensa,mi piel, ávida de vuestro tacto, reclama vuestra piel
Me hallo a dos centímetros de vos y... pareceme una distancia de años luz para mis impacientes ansías...
No me tortureís con la espera de solo las miradas...
Yo reniego del condescendiente disimulo y con respiración jadeante os suplico que seáis pródigo en caricias...
Y por fin...
vuestros rojos labios...rozando los míos,
son cual rosa roja que impregnada de humedad, arde cuando separais sus pétalos con vuestra lengua...
¡Vos y yo! Si.. Seamos reciprocuos vasallos,
Ignoremos, amor mío, la llaneza de la mesura durante la luz diurna que indiscreta, penetra en nuestra alcoba.
Betfague Magdala