Cuando la tormenta azota tu vida y ves que eres un barquito de papel que el mar zarandea y maneja a su antojo... Convierte esa pequeña luz de tu barquito en un faro de lugar FIRME.
Los faros son salvavidas, son guías, son avisos contra las tempestades... Son luz para los navegantes marítimos y para los caminantes terrestres...
Los faros...
Dime... ¿Eres quien se deja guiar por el faro o tu eres ese faro?
Los faros, no siempre son de piedra labrada y diseñada para ser denominados como tal y tampoco tienen porque clavar su lugar en la costa de un mar que por momentos le desafiara y por momentos se postrara en total calma de sumisión a el....
Asi es el amor... Como el mar o el océano...
A veces cabreado y bravo contra quien como un faro se ha quedado estático y arraigado mirándole desafiante, ese mar incansable tratando de intimidar con su furia salada o su fuerza oceánica, haciéndole recordar que ha matado a cientos de miles de humanos y que ha arrebatado sitio terrenal . Más aún así, otras veces se somete como cálida sumisa y tranquila masa salada que líquida tibia o gélida acaricia a su ritmo, intentando imitar al corazón humano que ama, latido tras latido...
Ola tras ola que va y viene con ruido costero, ansiando arrebatar aquello que jamás será suyo del todo... A veces se evidencia humilde ante lo que nunca podrá dominar... Nunca nunca por más que extienda la longitud y altitud de sus olas podrá derrumbar la montaña más alta, ni franquear los muros de precipicios rocosos...por mas fuerza tormentosa que exteriorice ese océano, solo conseguirá besar y derramar sus lágrimas a sus pies...
Y de la misma forma la montaña o la tierra jamás podrá llenar el mar tanto como para engullirlo y sobresalir por encima de el....
El amor es así...
El amor con el tiempo lo convertimos en un debatir a pura fuerza y forcejeo...el ego y las prioridades banales...
A veces el amor pasa de ser el más hermoso y bello paisaje donde refugiarnos a ser cual tormenta estrepitosa, feroz, despiadada y desmedida, si, pasa a ser el sentimiento más destructivo que puede existir... Hemos de aceptar y encajar que para que el amor perdure a de tener tierra y mar.... para conservarlo eternamente hemos de ser faro...
Así es que lo mejor no es ser tierra o mar, sino más bien lo mejor sea ser un faro inamovible que soporta y supera las tempestades, tempestades que como la vida misma, solo pretenden destruir su firmeza y determinación, sé un faro que ilumine un camino... Sé un faro para quienes están en tempestad y para quienes la dejaron atrás e inician otros caminos diferentes y nuevos ...deja que la andadura te traiga OPORTUNIDADES y nuevos rumbos, por los cuales navegar.
BETFAGUE MAGDALA